6 feb 2012

COHERENCIA QUE DIFICIL ES ENCONTRARLA,PERO EXISTE EN ESTE INFORME


CENTRO SANTUARIO DE TORRE ARGENTINA (ROMA)


- Los gatos de colonias callejeras, si disponen de alimento y asistencia decente, deben ser esterilizados y devueltos a sus respectivas colonias, pudiendo existir excepciones en los casos de gatos ciegos, sordos, sin una pata o con algún handicap que no les permitiría sobrevivir en la calle. Todos los demás, incluidos los gatitos pequeños, deben ser capturados, esterilizados y devueltos a su colonia de origen.

Estas son las reglas, porque no és razonablemente posible intentar dar en adopción todos los gatitos de la calle, teniendo en cuenta que, según los cálculos y estadísticas, un 30% de gatos adoptados, tarde o temprano, serán abandonados en la calle.



Los gatitos pueden ser esterilizados a partir del mes y medio de vida: quién quiera puede visitar los portales de las Universidades Veterinarias norteamericanas e inglesas en su premisa  de “early age sterilization”. Estudios de hace ya 30 años demuestran y confirman que la esterilización precoz no perjudica en absoluto el desarrollo posterior del gatito. Muchos veterinarios europeos se oponen a ésta práctica sin aportar ninguna base razonable ni científicamente demostrada, porque los veterinarios europeos, son, por lo general, muy atrasados en comparación con los demás. 

Los gatitos pequeños de la calle deben ser esterilizados en cuanto se consiga capturarlos y devueltos a su colonia de origen.



La reducción del numero de gatos callejeros és la labor más importante. No hay que perder el tiempo en ayudas que nazcan desde la sensibilidad y buena fe, porque son inútiles y complican mucho más el triste panorama. El trabajo és duro y no tiene nada de romántico: siempre se ha de optar entre un mal y un mal menor. El bien absoluto no existe y el bien “normal” és siempre transitorio y relativo.



Los gatos nacidos en la calle son muy inteligentes: si no encuentran alimentación en donde estaban acostumbrados a tenerla habitualmente, después de un momento de desconcierto, se moverán ellos solos en busca de otro punto de alimentación y éste proceso puede ser guiado por las alimentadoras que los atienden en caso de tener que apartar la colonia de un lugar peligroso como derrumbes de edificios, obras, y otros lugares en que corren peligro. Se van cambiando los puntos de alimentación gradualmente. Nunca hay que capturarlos y re-colocarlos sin ninguna garantía en otro lugar o colonia, porque el 80% no se adaptará y los gatos que allí estaban primero, los expulsarán. Intentarán volver a su lugar de origen, y acabaran perdidos y desorientados en la ciudad, muriendo de inanición o en accidentes.

Si tuvieramos que recoger todos los gatos para llevarlos a un recinto vallado, se necesitarían ciudades enteras.



Actuando y trabajando en ésta dirección, a los 20 años aprox. se empiezan a valorar los resultados que se traducen en una significativa reducción de gatos callejeros, por no decir en casi ninguno.



Las prioridades son:



1)Esterilización a toda costa y destinar todas las energías a este único fin. Esterilizar ya no solo los gatos adultos callejeros, sino también los gatitos de dos meses y medio, y devolverlos a su colonia de origen. No perder el tiempo en sensiblerías que no conducen a nada porque no hay suficientes casas ni adoptantes para tantos gatos que nacen.

2)Ayudar los gatos que lo necesitan según sea el peligro y la necesidad.



3) No dispersar energías en campañas accesorias: las campañas contra los abandonos és meritoria, pero resuelve muy poco. Las campañas de adopciones son meritorias, pero no resuelven el problema porque según las estadísticas, el 30% de los gatos adoptados será abandonado tarde o temprano y volverá a la calle.



No hay que hacerse falsas ilusiones : solamente cuando la esterilización habrá reducido el número de gatos de la calle, entonces podremos pasar a optar por las ayudas personales a cada gato.



Porque también las energías de voluntarios y todos áquellos que ayudan en los refugios tienen un limite. Si se insiste demasiado en estirar “de la cuerda”, se puede llegar a perder, tarde o temprano, la salud fisica y psiquica, indispensable para ésta labor.



Silvia Viviani

Torre Argentina

Roma- Italy

2008

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